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"Las brujas de la noche"

 



Hay un dicho popular que dice que no creo en las brujas, pero que las hay, las hay. Los soldados alemanes en la Segunda Guerra Mundial sin duda tuvieron el disgusto de encontrarse con un grupo de brujas que impuso el miedo y la destrucción en las líneas del frente.


Las brujas de la noche
La tripulación del Ródina, de izquierda a derecha: Osipenko, Grizodubova y Raskova.

Mujeres que vuelan, que combaten, que vencen y que caen, acribilladas, abrasadas, destrozadas, víctimas incluso de "la peor de las muertes": precipitarte desde el cielo, tras saltar de tu aparato ardiente, sin paracaídas. El mundo heroico, vertiginoso y terrible de la aviación de guerra, en femenino.

Fue en junio de 1941 cuando la Alemania nazi inició la llamada Operación Barbarroja con el objetivo de invadir el territorio soviético, poniendo fin al famoso Pacto Molotov-Ribbentrop, un acuerdo de neutralidad firmado entre la Unión Soviética y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Los soviéticos movilizaron una gigantesca fuerza militar para contener a las tropas de Adolf Hitler y un valiente grupo de mujeres aviadoras jugó un papel decisivo en este momento histórico: Las Brujas de la Noche.

En la primera mitad del siglo XX, la presencia femenina en las fuerzas armadas de cualquier país fue inusual, con excepción de las mujeres que trabajaban como enfermeras o realizaban servicios burocráticos, además de otras tareas específicas. La Unión Soviética estaba en desacuerdo con las otras potencias. Pioneras, las rusas dieron cabida a las mujeres en las primeras líneas del conflicto: eran mecánicas, francotiradores (función en la que destacaron), instructoras, médicas, pilotos de tanques y, como veremos, miembros de la temida fuerza aérea del Ejército Rojo.


No contaban con modernos radares, ni con potentes ametralladoras, ni siquiera con radio o paracaídas, sin embargo, las Brujas Nocturnas, completaron con rotundo éxito cerca de 30.000 bombardeos y lanzaron más de 23.000 toneladas de bombas contra el avance del ejército alemán en el transcurso de cuatro años durante la Segunda Guerra Mundial. Todo lo que tenían a bordo era un mapa, una brújula, reglas, cronómetros, linternas y lápices… y mucha munición, por supuesto. Las brujas de la noche decoraron sus aviones con flores y se pintaban los labios con lápices de navegación.


La historia de Las brujas de la noche


La historia comienza en el mes de octubre de 1941, cuando Stalin ordena el establecimiento de tres escuadrones aéreos formados exclusivamente por mujeres. De hecho, la URSS se convirtió en el primer país en permitir a las mujeres realizar misiones de combate en la guerra, aunque no los únicos como vimos en el artículo sobre los pilotos Kamikaces.


En última instancia, el único escuadrón aéreo que pertenecía exclusivamente al dominio de las mujeres era el 588º Regimiento de Bombarderos Nocturnos, las ya conocidas como Brujas Nocturnas, donde todas sus componentes, desde los pilotos hasta el comandante y los mecánicos, eran mujeres.


Así, en 1942, el conjunto del regimiento comenzó a prepararse en Engels, una pequeña ciudad cerca de la antigua Stalingrado. Se alistaron alrededor de 400 mujeres. Contaba entre 17 y 26 años de edad. Al parecer, quien dirigía estos primeros entrenamientos fue Marina Raskova.


A lo que se enfrentaron Las brujas de la noche

La capitana de aviación Masha Dolina, del regimiento de bombardeo pesado 587, en 1941.

Estas 400 mujeres no combatieron, como ya apuntábamos al comienzo, en las mejores condiciones posibles. Los uniformes que recibían no estaban diseñados precisamente para ellas, ya que les entregaron la ropa que utilizaban los soldados y pilotos del ejército ruso; más corpulentos que ellas, en su mayoría. Por otro lado, y quizá lo más importante, sus aviones eran avionetas utilizados como pulverizadores de cultivos que nunca antes habían sido destinados para el combate; ni por supuesto diseñados para tal fin.


Los alemanes no tenían mujeres como combatientes en su ejército, no digamos pilotos, por lo que naturalmente, las aviadoras les provocaban mucha curiosidad. No obstante, a las que tomaban prisioneras las trataban con enorme dureza. De entrada, las desnudaban para comprobar el género y eran múltiples veces  violadas. Cuando Lina Smirnova fue derribada, se pegó un tiro antes de que la atraparan.


La emoción de las victorias era la misma que la de los hombres, expresada a veces de modo particular. "¡Has derribado un Heinkel, querida!", le espetó su mecánica a Lera Khomyakova al aterrizar tras un combate contra una formación de bombarderos alemanes. Inmediatamente el resto de chicas del personal de tierra la rodeó y la besaron.


¿Fue la lucha contra el machismo en sus propias filas tan dura para las aviadoras como la guerra contra los alemanes? 

"Comparadas con la mayoría de las mujeres en el ejército soviético, que constantemente sufrían acoso sexual y a veces violencia sexual, las aviadoras eran un grupo privilegiado. El acoso abierto no se toleraba. Sin embargo había mucha discriminación. Los hombres se apropiaban de los cazas de ellas, ninguneaban a las aviadoras, las llamaban 'muñecas'. Un ejemplo clásico son las exclamaciones de los pilotos hombres en el campo cerca de Stalingrado cuando les informaron de que un regimiento de bombardeo femenino llegaba: ‘¡A cubierto, hay chicas tratando de aterrizar!’. La gran aviadora Raisa Belyaeva, que había participado en shows aéreos antes de la guerra, tenía que escuchar al comandante del regimiento de cazas en que combatía decirle: ‘No quiero enviarte de misión, eres demasiado bonita’, lo que, por supuesto, ella se tomaba como un insulto. Las mujeres, que muchas veces poseían más experiencia de vuelo que sus camaradas masculinos tenían que probar constantemente su habilidades y su coraje". Paulatinamente, dejándose la piel, se ganaron el respeto.


Un avión que ejemplifica esta cuestión es el Polikarpov Po-2, un avión biplano con dos asientos y cabina abierta, construido con madera contrachapada. Por supuesto, no ofrecía protección contra la climatología, sobre todo por las altas temperaturas que se debían soportar en las misiones nocturnas. Imaginemos, por un momento, el invierno sobre el cielo soviético.

El hecho de que este biplano se construyera ininterrumpidamente desde 1928 hasta 1952 debería atestiguar la validez del avión, más allá de su aspecto torpe y frágil.


Como se puede ver en la imagen, se trataba de aviones pequeños. Tanto, que sólo podían transportar dos bombas a la vez. Por ello, Las Brujas Nocturnas se veían abocadas a realizar múltiples misiones, con una media de ocho por noche.


La comandante Nadezhda Popova, parece ostentar el récord, pues voló en 852 misiones.

También podemos imaginar que estos biplanos no serían demasiado rápidos. Sin embargo, ofrecieron algunas ventajas prácticas. La principal era que, debido a la construcción primitiva del avión, era difícil de detectar en el radar. Por otra parte, contaban con una estrategia ‘sutil’… se acercaban su objetivo, la ‘bruja piloto’ apagaba el motor y se deslizaba sinuosa hacia el objetivo a bombardear, sin ser percibida.


Llama la atención que la menor velocidad que alcanzaban los biplanos de este escuadrón contra los aviones alemanes fuese una ventaja en el combate aéreo. Cuando se enfrentaban cara a cara, los pilotos nazis sólo tenían una oportunidad de derribarlas, cuando giraban para volver a enfrentarse a ellas, las Brujas ya se habían desvanecido en la oscuridad silenciosa.


"La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan sólo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana" Svetlana Alexiévich


Entre la galería de las aviadoras destacan la gran Marina Raskova, que ya era una pionera de la aviación, artífice de los regimientos femeninos y que además era agente secreta del NKVD de Beria; su lema fue: "Podemos hacerlo todo".

Los esfuerzos para crear un regimiento aéreo provinieron en gran parte de esta mujer, quien en ese momento era una celebridad en la Unión Soviética. Además de batir varios récords de distancia de vuelo, fue pionera en varias áreas. Fue la primera mujer navegante en la Fuerza Aérea Soviética y la primera instructora en la Academia Aérea Zhukovskii.

La coronel Marina Mikhailovna Raskova había intentado durante mucho tiempo convencer a los líderes soviéticos de la importancia de crear regimientos de aviación femeninos cuando, en 1941, el líder Joseph Stalin finalmente aceptó su propuesta. Allí nacieron tres regimientos femeninos en la fuerza aérea soviética.

Ante las presiones impuestas por el avance de Alemania, el tiempo de formación de los voluntarios fue corto, apenas seis meses (antes, eran cuatro años). Fueron capacitados por Raskova, quien, además de su experiencia como piloto, logró preparar a las jóvenes para un ambiente masculino “hostil”, donde serían subestimadas incluso por sus colegas. Las misiones de mujeres comenzaron oficialmente en 1942 en Ucrania, cuando Valerya Khomiakova se hizo conocida por ser la primera piloto soviética en derribar un avión enemigo por la noche: era un Ju.88 alemán.

Marina Raskova retratada en 1938.
Marina Raskova retratada en 1938.

Pero, no todo fueron victorias para el 588º Regimiento de Bombarderos Nocturnos. Se llegaron a contabilizar 32 mujeres pilotos fallecidas, incluida la coronel Raskova, quien recibió el ‘honor’ de ser el suyo el primer funeral de estado de la Segunda Guerra Mundial, y sus cenizas fueron enterradas en el Kremlin.


El ejército soviético no las recibió con los brazos abiertos, todo lo contrario. Fueron tratadas con desdén y falta de respeto por sus compañeros soldados. Tuvieron que llevar el pelo muy corto, usaron uniformes desechados por los hombres (a menudo mucho más grandes) y enfrentaron el duro invierno sin protección durante los vuelos. Además, carecían de equipos como radares, armas y radios. Solo recibieron instrumentos como lápices, linternas y reglas. Las únicas armas que tenían eran pistolas TT: solo recibieron ametralladoras en 1944. El ejército claramente no se preocupó por proporcionar lo básico a sus mujeres.


Por desgracia, terminada la Guerra, las brujas nocturnas fueron excluidas del desfile del día de la victoria en Moscú. Y, no, no fue una cuestión machista, sólo que su aviones eran demasiado lentos para compartir espacio aéreo con el resto.


¿Por qué el nombre de Brujas de la Noche?

Fueron los propios soldados alemanes los que bautizaron a este escuadrón con el curioso nombre de Brujas de la Noche. Todo se debió a la técnica de ataque a la que nos referíamos anteriormente. Esa forma de deslizarse por el aire en silencio les recordaba a los soldados alemanes el palo de escoba de una bruja imaginaria o real en el imaginario colectivo.

Las temidas brujas de la noche
Observa los uniformes más grandes que los ideales y el equipo básico disponible para las aviadoras

Se cuenta como anécdota que los soldados nazis ni siquiera se atrevían a encender cigarrillos durante la noche a campo abierto para no ser fácil objetivo de estas Brujas nocturnas. La cuestión es que esa denominación o apodo llegó a oídos del 588º Regimiento, que lo adoptó en su insignia.


Los alemanes estaban tan asombrados de la considerable habilidad de las brujas nocturnas que difundieron rumores de que el gobierno soviético mejoraba la vista de las mujeres con medicina experimental para darles una especie de visión nocturna felina. Y los militares alemanes respondieron emitiendo automáticamente una prestigiosa medalla de la Cruz de Hierro a cualquier alemán que pudiera derribar a una de las Brujas Nocturnas.

Modelo Polikarpov Po-2 en exhibición en el Museo de la Fuerza Aérea Rusa en Monino | Foto: Edmundo Ubiratan

La URSS movilizó a sus mujeres en la lucha a vida o muerte contra los nazis como nunca se había hecho ni se ha vuelto a hacer: cerca de un millón engrosaron las filas del Ejército Rojo en todos los puestos: zapadoras, tanquistas, francotiradoras (a ellas dedicará su próximo libro Vinogradova), servidoras de ametralladora, ganando 92 el rango de Heroínas de la Unión Soviética, 50 a título póstumo. Fueron las soviéticas las únicas mujeres del mundo que en ese sangriento conflicto pilotaron aviones en misiones de combate, enfrentándose de tú a tú en numerosas ocasiones a los mismísimos ases de la Luftwaffe de Hitler, para sorpresa, a veces letal, de estos.

Lilya Litvyak.
Lilya Litvyak.

"Cuando veo un aeroplano con las cruces negras y la esvástica en la cola, tengo un sólo sentimiento: odio; esa emoción hace que apriete aún más firmemente el disparador de mis ametralladoras", decía la frágil y minúscula, pero tan corajuda y vital, Lilya Litvyak, la Chica Vengadora, el Lirio Blanco de Stalingrado y Kursk, a la que se atribuía haber derribado a un as de ases alemán, que quedó asombrado cuando le presentaron al rival que le había vencido.



Litvyak, la aviadora de caza más famosa, con 12 derribos confirmados, desapareció a los 21 años los mandos de su Yak-1 con el número 18, como un Saint-Exupéry en femenino o una Amelia Earhart de kaki, durante una misión en agosto de 1943. Hasta 1979 no se encontraron sus restos identificados en parte, precisamente, por fragmentos de ropa interior, especialmente un brassiere, confeccionado con seda de paracaídas. Resultaba claro que se trataba de un piloto particular.


¿Estaba realmente Litvyak a la altura de su leyenda? 

"Era pequeñita y muy guapa, con ojos verdes, un cabello precioso y muy buen tipo, era una gran bailarina. Le encantaban las ropas bonitas y flirteaba con los pilotos jóvenes. Era estilosa. Como muchas otras, quería ser buen piloto sin dejar de ser una mujer atractiva. Y a la vez tenía muchísimo carácter. Su coraje era el de un demonio temerario". "En una ocasión Litvyak, tras un combate, realizó un aterrizaje forzoso en un terreno con la hierba muy alta. Dos soldados soviéticos corrieron a rescatar al piloto. No lo encontraban. Entonces escucharon la voz aguda de una chica: 'Yo soy el piloto'. Lilya era tan bajita que no podían verla en la hierba alta".



¿Cómo era el amor y el sexo para esas chicas aviadoras? 

"Eran muy jóvenes y al principio el estado de ánimo dominante era 'la guerra no es lugar para romances'. Después mientras la contienda se alargaba se dieron cuenta de que no podían esperar hasta el final para que la vida recomenzara, porque la guerra era su vida en ese momento y resultaba muy posible que no hubiera otra después, dado que tantas estaban muriendo. Muchas volvieron de la guerra ya casadas, y otras muchas perdieron a sus compañeros en combate". ubieron numerosos idilios y algunos casos de amorío homosexual.


Las mujeres en la aviación de la URSS, no sólo pelearon a los mandos de cazas y bombarderos o fueron tripulantes, observadoras, radiotelegrafistas o artilleras, sino que formaron el escalafón de tierra de las escuadrillas como mecánicas, suministradoras de munición o combustible. De hecho el Ejército Rojo tuvo en su fuerza aérea tres regimientos completos compuestos únicamente de mujeres: uno de caza (586) otro de bombardeo pesado (587) y un tercero de bombardeo nocturno (588). Este último era el de las Brujas de la Noche.

Las brujas de la noche

"La leyenda sostiene que ese nombre se lo pusieron los alemanes, a los que acosaban continuamente con sus frágiles avioncitos, los insustanciales biplanos de entrenamiento U- 2 (Po-2), de contrachapado, a los que denominaban por su sonido máquinas de coser. Pero yo creo que se bautizaron así ellas mismas. Son admirables, se requería muchísimo valor para combatir en esos aparatos que se incendiaban a la mínima. Muchas tuvieron una muerte horrible. En general, entre las mujeres pilotos y navegadoras que combatieron en unidades de primera línea las bajas fueron tremendas. Quizá un tercio. Es difícil de cuantificar. En el regimiento de bombardeo nocturno, donde las bajas se cubrían con el propio personal, las muertas y heridas ascendieron al 50% de los efectivos iniciales del regimiento".


Las aviadoras tenían distintas procedencias, estudiantes, campesinas, obreras. Muchas de ellas se habían adiestrado en las escuelas de vuelo del Komsomol, las juventudes comunistas. Para otras, como para sus equivalentes masculinos, la guerra proporcionaba la ocasión para cumplir el sueño de volar. Lo hicieron en condiciones durísimas, matándose en accidentes y combates. 


La guerra no tiene rostro de mujer, la Nobel Svetlana Alexiévich, recoge el testimonio de una de las Brujas, Aleksandra Popova –fallecida a los 91 años en 2013-, sobre que a algunas se les retiró la menstruación por el estrés. Pero, como testimoniaba otra aviadora, la capitana Klaudia Térejova:"¡Las chicas volábamos y derribábamos a los ases de la aviación! Los hombres nos observaban perplejos. Nos admiraban".

Un grupo de valientes mujeres que dejaron atrás su vida para unirse a las filas del ejército soviético durante la II Guerra Mundial.

Algunas de las Brujas de la Noche


Escuadron Brujas de la noche en 1942


Maria Dolina

Nadezhda Popova

Nadezhda Popova llegó a cumplir 852 misiones y recibió las más altas condecoraciones por parte de su país, entre ellas la de heroína de la unión soviética, la estrella de oro o la orden de la estrella roja. sin embargo, muchas otras nunca recibieron el debido homenaje.


¿Qué ocurrió con las aviadoras supervivientes tras la guerra? 

La pionera de la aviación Marina Mikhailovna Raskova era una celebridad rusa incluso antes de la guerra


"Muy pocas permanecieron en el ejército. De hecho sólo se las había reclutado a causa de la guerra. Muchas de las que habían sido pilotos civiles antes volvieron a su profesión. Pero la vida de piloto es difícil de combinar con crear una familia. Las pocas que permanecieron en la fuerza aérea fueron desalentadas por sus comandantes: la patria las había necesitado durante la guerra, les dijeron, pero luego tenían que marcharse y dejar el trabajo de los hombres a los hombres".


¿Se recuerdan hoy en Rusia las aventuras de las aviadoras?

“Las brujas de la noche”

Los rusos en general están muy orgullosos de los héroes y heroínas de la Gran guerra patriótica. Sin embargo, muchos o la mayoría aún prefieren la versión de la propaganda soviética a las versiones más auténticas.  Hoy ya no queda ninguna de aquellas valientes aviadoras. Hasta 2009 aún se podía encontrar algunas. Estaban muy orgullosas de lo que habían hecho. 


¿Cuál fue su contribución real al esfuerzo de guerra y a la victoria? 

El escuadrón de aviación ruso fue legendario durante la Segunda Guerra Mundial, pero terminó olvidado años después

"Un regimiento de aviación, aunque contara sólo con una docena de pilotos era algo muy precioso en el frente del Este: el ejército rojo sufría una gran escasez de aviones y de pilotos experimentados. Los tres regimientos de mujeres sin duda fueron muy útiles. Jugaron además un importantísimo papel en levantar los ánimos de lucha tanto de las mujeres soldado como de las civiles que cargaban un gran peso sobre sus espaldas".