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Incertidumbre y terror




Bajo el viejo régimen talibán en Afganistán, la vida de las mujeres fue marcada por severas prohibiciones; hoy, se reaviva el miedo de una era sin derechos.
Los talibanes controlan ya la capital de Afganistán, Kabul. Tras la huida del presidente el pasado domingo, la bandera del Emirato Islámico de Afganistán puede verse en lo alto del palacio presidencial. Miles de afganos tratan de huir con las pocas pertenencias que pueden atesorar y es que, aunque no se haya derramado sangre en la toma de la ciudad, se teme que los fundamentalistas religiosos vuelvan a imponer su ley, la 'Sharía', con todas las consecuencias que esta tiene para la vida de los ciudadanos y, especialmente, para la vida de las mujeres y las niñas.

El rápido avance de los talibanes en Afganistán ha dejado a mujeres y niñas, una generación de las cuales ha crecido con derechos y libertades, entre las más vulnerables. Ahora se arriesgan a perder esos logros que tanto les costó conseguir con la llegada de los talibanes a Kabul.

Los líderes de los talibanes se han dirigido a los medios y aseguran que ellos se encargarán de "garantizar la seguridad de las vidas y propiedades". Aseguran que "no habrá venganza" y piden a la población "calma". No obstante, al menos cinco personas han perdido la vida tratando de huir en el aeropuerto de Kabul, en el cual han podido verse imágenes aterradoras de personas tratando de entrar en aviones para salir del país lo antes posible.

Las mujeres y las niñas son las más amenazadas por el nuevo régimen talibán. Es prácticamente imposible abarcar punto por punto el maltrato y los abusos a los que los integristas las someten. No obstante, la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán (RAWA), ha tratado de explicar las principales prohibiciones y castigos para las mujeres que suponen verdaderas violaciones a sus derechos y a su integridad. Los talibanes aseguran que con sus leyes pretenden «crear ambientes seguros, donde la castidad y dignidad de las mujeres sean por fin sacrosantas, tal y como recogen las creencias Pashtunes sobre la vida en 'purdah' (práctica para ocultar la vida femenina en público)».

¿Quiénes son los talibanes y por qué luchan?




El origen de la milicia talibán es incierto, pero se cree que se formó entre las décadas de los 70 y 80, cuando Afganistán luchaba contra la Unión Soviética. El objetivo ruso era apoyar una revolución comunista, que tomara el poder y gobernara el país.

No obstante, el conflicto fue más largo de lo que los soviéticos esperaban, y a finales de los 80 retiraron sus tropas. Posteriormente, el gobierno socialista de Afganistán colapsó y las diversas tribus locales empezaron a disputarse el poder.

Entre ellas, estaban los talibanes, conformados por fundamentalistas religiosos que buscan imponer un gobierno islámico ultraconservador. Al llegar los 90, los talibanes controlaban la mayor parte de la nación. En 1996 instauraron su gobierno, el cual fue una pesadilla para las mujeres y niñas de Afganistán.

Mujeres y niñas de Afganistán a las que les prohibieron todo

El primer régimen talibán gobernó el territorio afgano hasta 2001, cuando la coalición internacional, liderada por EE.UU, intervino y los derrocó. Sin embargo, el daño a las mujeres y niñas de Afganistán estaba hecho.

Durante la era de los talibanes, las mujeres solo podían salir de sus hogares acompañadas por un varón de la familia. En cualquier caso, cada vez que estuviesen en la calle tenían que estar cubiertas con un largo velo, conocido como burka, que esconde el cuerpo de las mujeres de la cabeza hasta los pies.

Ellas tampoco podían maquillarse, usar zapatos de tacón, hacer negocios, saludar o estrechar la mano de un desconocido, subir a autobuses, tomar taxis ni conducir autos.

Afganas, las mujeres que temen desaparecer

El control de los talibanes sobre la vida de las mujeres y niñas de Afganistán continúo empeorando, hasta convertir el día a día de las afganas en una prisión.

En su apogeo, la milicia talibana prohibió que las mujeres se asomasen en los balcones de sus casas, las ventanas de los apartamentos debían ser oscuras para que nadie pudiera verlas desde el exterior, y las niñas no podían ir a la escuela a partir de los ocho años de edad.

Entre las prohibiciones más terribles, estaba la ley que impedía que las mujeres se rieran en voz alta, que participaran en festividades o que ingresaran a estadios deportivos. Ninguna mujer tenía permitido usar baños públicos, tampoco podían subir a una motocicleta ni usar bicis.

Por supuesto, las relaciones sexuales o sentimentales fuera del matrimonio están estrictamente prohibidas, y si una joven era descubierta con un novio, podía enfrentar la lapidación pública. Las mujeres y niñas de Afganistán ni siquiera existían en los medios, puesto que no podían ser fotografiadas, ni aparecer en videos, programas de TV o en la radio.

Actualmente, y siguiendo distintas tradiciones sociales, el nombre de las afganas no es mencionado en ninguna celebración a las que se les invita, ni siquiera en su boda o cumpleaños.

La atención médica para las mujeres sigue siendo deficiente, casi todos los matrimonios son arreglados, los partos son en casa y las complicaciones luego de dar a luz son comunes. Al morir, el nombre de una mujer de Afganistán no aparece en la lapida de su tumba.

"Es una pesadilla para las mujeres que han estudiado, que piensan en un mañana mejor para ellas y las generaciones futuras", dijo Aisha Khurram (22), representante de la juventud afgana ante la ONU y estudiante de la Universidad de Kabul.

Aisha Khurram (22), representante de la juventud afgana ante la ONU y estudiante de la Universidad de Kabul.

Como explican desde RAWA, la lista elaborada ofrece solo una «ojeada sobre la infernal vida que las mujeres afganas están obligadas a llevar bajo los talibán». Las restricciones y maltratos contra las mujeres y las niñas en el régimen talibán que tuvo lugar en Afganistán entre 1996 y 2001 incluyen los siguientes puntos:

1. El trabajo femenino queda terminantemente prohibido fuera de los hogares. Solo unas pocas doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en ciertos hospitales de Kabul para atender a mujeres y niñas.

2. Las mujeres tienen prohibido salir de casa para realizar cualquier actividad siempre que no vayan acompañados de su mahram, hombre de parentesco cercan0, como padre, hermano o marido.

3. Las mujeres tampoco pueden cerrar tratos con comerciantes masculinos.

4. La atención médica es también precaria para las mujeres, ya que no pueden ser atendidas por sanitarios varones. Al haber un número tan reducido de médicas y enfermeras, son muchas las que no pueden acceder a una atención adecuada, lo que deriva en problemas de salud de diferente gravedad e incluso la muerte.

5. La educación está vetada a las mujeres. No pueden acudir a estudiar a escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa.

6. Las mujeres no pueden mostrar ninguna parte de su cuerpo en público, por lo que están obligadas a llevar un velo largo que les cubre incluso el rostro (burka).

7. Todas aquellas mujeres que no vistan de acuerdo a las reglas establecidas por los talibán o que no vayan acompañadas de su mahram serán sometidas a azotes, palizas y abusos verbales.

8. Las mujeres que muestren sus tobillos serán sometidas a azotes en público.

9. Las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio serán lapidadas.

10. Se prohibe el uso de productos cosméticos. De hecho, durante el 'reino del terror' talibán entre 1996 y 2001 se reportaron casos en los que se amputaron los dedos a mujeres a las que se detuvo por llevar las uñas pintadas.

11. Las mujeres tienen prohibido hablar o dar la mano a varones que no sean su mahram.

12. Ningún extraño debe oir la voz de una mujer, por lo que las mujeres tienen prohibido reír en público.

13. También está prohibido que las mujeres lleven zapatos de tacón, ya que pueden producir sonido al caminar (un varón no puede oir los pasos de una mujer).

14. Las mujeres no pueden subirse a un taxi sin la compañía de su mahram.

15. Las mujeres no pueden tener presencia en la radio, la televisión o en reuniones públicas de cualquier tipo.

16. El deporte también está vetado para el género femenino. No pueden practicarlo ni acceder a ningún centro deportivo.

17. Las mujeres tienen prohibido montar en bicicleta o en motocicleta.

18. Está prohibido que las féminas lleven ropas de colores vistosos, ya que los talibanes dicen que son «colores sexualmente atractivos».

19. Las mujeres no pueden reunirse con motivo de festividades con propósitos recreativos.

20. No pueden lavar la ropa en los ríos o plazas públicas.

21. En el régimen talibán, ninguna calle, plaza o avenida puede llevar la palabra 'mujer' en su nombre. Así, durante el régimen talibán en Afganistán de los 90, el «Jardín de las Mujeres» de Kabul pasó a llamarse «Jardín de la Primavera».

22. Las mujeres tampoco pueden asomarse a los balcones o ventanas de sus domicilios. No deben ser vistas.

23. Para evitar que cualquier extraño pueda ver a una mujer, es obligatorio que las ventanas sean opacas.

24. Los sastres no pueden tomar medidas a las mujeres ni elaborar ropa femenina.

25. Las mujeres tiene prohibido el uso de baños públicos.

26. Existe segregación en los autobuses. Así, hay medios de transporte para hombres y otros para mujeres.

27. Las mujeres tiene prohibido utilizar pantalones acampanados, incluso cuando estos quedan ocultos bajo el burka.

28. Nadie puede fotografiar o filmar a mujeres.

29. Además, está totalmente prohibido publicar imágenes de mujeres impresas en revistas y libros. Tampoco pueden colgarse imágenes de mujeres en casas y tiendas.

¿Cuál es el futuro que les espera?




En pocas semanas, la milicia talibán avanzó hasta apoderarse de todas las ciudades importantes del nordeste, incluyendo Kabul, la capital. Aquí, las mujeres y niñas de Afganistán habían conseguido luchar por sus derechos.

En varios vecindarios de Kabul, las niñas iban a la escuela, las mujeres podían trabajar, incluso llegaron a tener cargos políticos y unas pocas se convirtieron en ministras. Eso era ayer, hoy es diferente.

No se sabe qué pasará con las ciudadanas afganas, la única certeza es que sus derechos están en peligro, como lo han demostrado las acciones de los talibanes en otras regiones conquistadas.

Curiosamente, Suhail Shahin, representante de la milicia, asegura que esta vez será diferente y que no hay de qué preocuparse.

No obstante, muchos civiles se han apresurado a abandonar el país, dirigiéndose a destinos inciertos y precarios, donde el mayor peso lo llevarán las mujeres y niñas de Afganistán.