LO ÚLTIMO

'La pascualita'


¿Cuántas veces se ha sentido observado por un maniquí?, no son personas reales claro está, pero ¿Qué pasaría si lo fueran o si lo fueron?


En el centro de la Ciudad de Chihuahua existe una tienda de vestidos de novias llamada “La popular”, destaca por un maniquí de apariencia casi humana. Llama la atención su figura esbelta, los pliegues de sus manos y el resplandor de su mirada. ¡Nadie pensaría que tiene más de 90 años de antigüedad! 

La Popular, la famosa tienda casa de la Pascualita.

Esa es la leyenda de 'La Pascualita', una mujer hermosa que después de morir fue convertida en maniquí y está en la vitrina de una tienda. Un relato fantástico o sobrenatural propio de la ciudad de Chihuahua, en el norte de México, pero muy conocido en todo el país, e incluso fuera de éste, gracias a la propagación de la leyenda a través de Internet.


La protagonista de este relato es “la Pascualita” o “la Chonita”: un maniquí asombrosamente realista que desde el 25 de marzo de 1930 se encuentra en la vidriera de la tienda de vestidos de boda “La Popular”, ubicada en el centro de la ciudad de Chihuahua.


Según el medio local "Diario de Querétaro", los registros indican que fue traído desde Francia a Chihuahua, México, el 25 de marzo de 1930;  un hermoso maniquí por encargo de Pascualita Esparza Perales de Pérez quien, en ese entonces, era la dueña y encargada de la tienda de ropa para bodas llamada "La Popular". El maniquí fue conocido como "La Chonita" y más tarde llamado "La Pascualita", debido al gran parecido que tenía con la hija de su dueña.


Lo extraño y lo que empezó a crear rumores fue que el maniquí era muy distinto a los demás. "La Pascualita" no sólo tenía una figura esbelta e imponente sino también hermoso detalles como delicados pliegues en las manos, grietas en las yemas de los dedos y brillo en sus ojos que daba la impresión de estar viva.

Manos muy reales.

Un maniquí que, según quienes lo han visto, es asombrosamente parecido a una persona viviente, no sólo por lo elaborado de sus facciones, sino porque muchos aseguran que los ha seguido con la mirada al pasar, o que han visto su cuerpo moverse de manera leve, casi imperceptible. También existen versiones que cuentan que el maniquí recorre de madrugada la tienda y se pueden escuchar sus pasos desde la calle. Esto ha hecho que muchos se pregunten si se trata realmente de un maniquí.


Para muchos fue agobiante verla debido a los detalles de sus manos, los rasgos de la cara, las uñas desgastadas, la yema de los dedos, unos ojos que parecía darle vida y un parecido bastante particular a la hija fallecida de Esparza Perales de Pérez.


El maniquí se convirtió en uno de los grandes atractivos de Chihuahua y de la tienda donde se exhibe, gracias a las leyendas que se escuchan, en donde según muchos hombres han quedado impresionados con su belleza al punto de enamorarse y perder la cordura.

Doña Pascuala (increíblemente parecida a Pascualita).

La leyenda del cadáver


Una de las leyendas más conocidas, es que este maniquí es la hija de la señora Esparza. Estas sospechas provienen del parecido del maniquí con la hija de la fundadora y antigua dueña de la tienda, la señora Pascuala Esparza Perales de Pérez. 


Cuenta la leyenda que la dueña, doña Pascuala, estaba feliz porque su hija finalmente se casaría, pero justo un día antes de la boda, fue picada por un alacrán y muriendo de forma instantánea. La madre, presa de una gran tristeza, desolada por la pérdida, contrató los servicios de un experto embalsamador, para embalsamar y recubrir de parafina y cera, el cuerpo de su hija. Se convertiría así en una novia eterna, vistiéndola con su propio vestido de novia, para que pudiera vivir para siempre el momento que desgraciadamente, se había perdido.


Lo cierto es que a los pocos días después de la trágica muerte, apareció en las vitrinas de la tienda un maniquí muy parecido a su difunta hija. Por ello, los pobladores no dudaron en llamar a la figura como "La Pascualita". Doña Pascuala fue alimentando la leyenda, ya que cuando le preguntaban por el maniquí siempre esquivaba la respuesta y nunca negó que fuera su hija.


Sólo ella le cambiaba todas las noches los vestidos de novia al maniquí. Y lo hizo decenas de años hasta su muerte en 1967 y nadie, salvo ella, podía tocar a ese maniquí que se parecía su hija. En todo sentido.


El maniquí no murió con ella, al contrario, cobró vida. Se ganó el título de "La Novia más bonita de Chihuahua", despertando admiración en los turistas que vienen especialmente a verla, y mucho terror en algunos habitantes de Chihuahua. Al morir, doña Pascualita dejó instrucciones precisas en su testamento. El primero y principal es que nunca debían sacar de la vidriera ese maniquí. Y siempre sería alguien de la familia quien le cambiara el vestido de novia cada noche sin que nadie del exterior pudiera ver el trabajo, ya que la vidriera se tapaba en ese momento crucial.


Luego el tiempo pasó y los rumores de trabajadores de la tienda y algunos testigos ocasionales aseguraban que La Pascualita se movía o parpadeaba y los más afortunados, que podían verla sonreír. Empleados aseguran que les daba mucha impresión cambiarle las ropas y que siempre se le dejaba una especie de vendajes que la cubrían desde el pecho hasta la pelvis junto a una sábana que le cubría el cuerpo por completo. También al cambiar el ropaje del maniquí, parecía como si cobraran vida sus ojos, por lo que los cubrían con un pañuelo.


Robusteciendo la leyenda, una dependienta de "La Popular" renunció aterrorizada. Según testigos la mujer ayudaba en el cambio de vestimenta y de repente empezó a gritar mirando el maniquí: "sus ojos... sus ojos, me siguen a todos lados mirándome fijamente. Miren...miren sus piernas son humanas, tienen venas".


El evento motivo hasta la actuación policial, que se hizo presente en "La Popular" ordenando la entrega del maniquí bajo el cargo de "lo ilegal que era mantener un cadáver en exposición". Los dueños de la tienda, herederos de Pascualita Esparza Perales de Pérez, celosos del secreto, interpusieron sus contactos con altas autoridades y algunas medidas legales, que evitaron que el maniquí saliera de la tienda.


La institución judicial de Chihuahua sólo pudo examinar superficialmente, el rostro del maniquí, pero no el resto del cuerpo que siempre se mantuvo envuelto en varias sábanas. El examen de los forenses fue incompleto lo que creó más dudas. Nunca pudieron dar una opinión concluyente si era humano o no, pero sí certificaban que se habían utilizado materiales de embalsamado.


Luego de estos trances, "Pascualita" volvió a la vidriera luciendo un hermoso vestido y nació otra leyenda sobre ella. Al pasar los años, la tienda fue cambiando de dueños pero, "La Pascualita" se mantiene allí en el mostrador de "La Popular" y se volvió uno de los grandes atractivos de la ciudad. 


Otro video

Recientemente fue grabado un suceso a donde una joven graba al maniquí desde las afueras del aparador. Primero enfoca con la cámara con su amiga que vestía una blusa rosa y quien prefería usar el celular, mostrándose indiferente a lo que pasa a su alrededor. Inclusive un tanto apurada pide que ya se retiren, pero la otra joven sigue grabando a Pascualita, subiendo a su rostro y es cuando se observa que mueve sus ojos a la izquierda.  El video está en las redes sociales y ha generado una serie de comentarios de los usuarios, ya que unos lo tachan como una verdadera mentira, mientras que otros dicen que es muy posible que haya sucedido porque algunos han vivido experiencias parecidas. 



Será verdad o será mentira, pero vecinos del lugar aseguran que aquellos clientes que compran el vestido que suele llevar puesto La Pascualita tienen asegurado un matrimonio para toda la vida.