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Almas indomables

 


Los nazis tenían los judíos como objetivos para la persecución y la muerte. Pero las mujeres, tanto judías como no judías, eran a menudo sujetas por los nazis a una persecución única y brutal.

En 1939 se desató el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. A las 4:45 de la mañana del primer día de noviembre, las tropas germanas habían ejecutado el "Plan Blanco", una operación militar destinada a recuperar territorio perdido en la primera gran guerra. 

La propaganda del régimen anticipaba que Adolf Hitler deseaba rescatar a más de un millón de alemanes "oprimidos por la brutalidad polaca" y el atentado a una emisora alemana en la frontera cometido por agentes de la SS disfrazados de soldados polacos, fue el detonante.

Adolf Hitler invadió Polonia en septiembre de 1939, los nazis comenzaron a segregar a millones de judíos en Europa del Este en secciones de pueblos y ciudades designadas como "guetos", y finalmente despojaron a los habitantes de sus pertenencias y derechos. Para 1942, millones de judíos polacos habían muerto y otros millones seguían prisioneros en los campos de concentración. 

En Varsovia, la capital de Polonia, hogar de la segunda población judía más grande del mundo antes de la guerra, los nazis establecieron el más grande de los más de 1,000 guetos establecidos en Europa. Albergó intencionalmente a unos 400,000 judíos en condiciones inhumanas en el gueto de Varsovia de 2 kilómetros cuadrados, permitiendo que las enfermedades y el hambre corrieran desenfrenadamente antes de las deportaciones masivas a los campos de exterminio.

En una de las imágenes más conocidas del Informe Stroop, un grupo de soldados nazis apremia a una familia judía para que abandone el gueto de Varsovia, en llamas en el fondo de la imagen.


En los guetos y los campos, los nazis detenían mujeres para realizar trabajos forzados. Los médicos nazis a menudo usaban las mujeres judías y gitanas para experimentos de esterilización y otros experimentos humanos inmorales. En los campos y los guetos, las mujeres eran particularmente vulnerables al acoso y la violación. Las mujeres judías embarazadas a menudo trataban de ocultar sus embarazos o eran forzadas a hacer abortos.

Pasarían años de guerra y genocidio antes de que las tropas aliadas liberaran Europa, pero a medida que los nazis asesinaban sistemáticamente a millones, surgieron focos de rebelión, incluidos grupos secretos de resistencia judíos.

Conocida es la imagen de los 6 millones de judíos asesinados por el nazismo durante la II Guerra Mundial, pero no lo es tanto la resistencia del pueblo hebreo ante la barbarie nazi. Tal vez el ejemplo más recordado sea el levantamiento del gueto judío de Varsovia (19 abril-16 mayo 1943) hasta el total exterminio del mismo por parte de las tropas hitlerianas. Emociona pensar que una de los lemas de sus defensores fuera "¡Pamietajcie Saragosiee! (Recordad Zaragoza)", queriendo así emular la defensa de la capital aragonesa durante los Sitios de 1808-1809.

El levantamiento del gueto de Varsovia fue un episodio que ha quedado impreso en las páginas de la historia de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) como un acto heroico por múltiples razones. Sin apenas ningún medio ni ayuda, los habitantes del gueto de la capital de Polonia decidieron organizarse para luchar aun a sabiendas de que su empresa no tenía ninguna posibilidad de alcanzar el éxito.

Almas indomables

Hambrientos, sin suministros y enfrentando una opresión despiadada, los partisanos judíos llevaron a cabo actos de rebelión dentro de los guetos.

Entre los más famosos está el levantamiento del gueto de Varsovia que comenzó el 19 de abril de 1943, cuando los combatientes de la resistencia de Polonia lanzaron un ataque sorpresa contra los nazis que venían a liquidar el gueto.

Rodeado de guardias armados, el general de las SS Jürgen Stroop, contempla como arden los edificios del gueto de varsovia.


Esto provocó la mayor revuelta del gueto de la Segunda Guerra Mundial e inspiró rebeliones similares en toda la Europa ocupada. Más de un tercio de los combatientes que se levantaron en el gueto de Varsovia eran mujeres. Muchas participaron activamente en movimientos juveniles judíos antes de la guerra.

La imagen que tenemos de los años treinta está distorsionada. En Polonia había cierta igualdad; un ejemplo es que las judías estaban emancipadas, tenían estudios, trabajaban y eran tratadas casi igual a los hombres. En 1931, el 45% de la fuerza laboral eran mujeres. Esta era una cultura mucho más moderna de lo que se puede pensar.

Como muchas de ellas ya estaban acostumbradas a liderar asociaciones juveniles, no tuvieron problemas en empuñar armas y en ponerse a la cabeza de otros tantos compañeros.

Heroínas ocultas

Tres combatientes judías contra los nazis en Polonia Cortesía del Archivo fotográfico del Yad Vashem


Renia Kukielka, Niuta Teitelbaum, Zivia Lubetkin, Gusta Davidson, Frumka Plotnicka, Tosia Altman, Anna Heilman, Faye Schulman, Bela Hazan, Abba Kovner y Vitka Kempner, por citar sólo algunas, se enfrentaban a la barbarie en arriesgadas misiones. 

Estas jóvenes judías decidieron rebelarse tras ser testigos del brutal asesinato de sus familias y de la aniquilación de sus comunidades, convirtiéndose en parte activa de las células de resistencia. Explotaban trenes, trabajaban de manera clandestina, llevaban imprentas clandestinas, ocultaban boletines en las trenzas, se escapaban de los guetos, disparaban a gente en la cabeza, compraban armas de traficantes en cementerios y conectaban guetos con guetos.

Zivia Lubetkin

Zivia Lubetkin en 1946.  RDB / ullstein bild a través de Getty Images

Tenía unos 20 años cuando desempeñó un papel clave, aunque ignorado durante mucho tiempo, en el levantamiento del gueto de Varsovia de abril de 1943. Fue líder femenina de un movimiento de resistencia armada en Polonia. En 1940, regresó a la Varsovia controlada por los nazis, uniéndose a sus compañeros partisanos para ejecutar programas sociales y educativos clandestinos, ayudando a las familias judías a enfrentar los horrores de la ocupación.

En julio de 1942, cuando los nazis comenzaron las deportaciones masivas de Polonia, Zivia cofundó un movimiento clandestino juvenil llamado ZOB (Organización Judía de Lucha). 

Como la única líder femenina elegida por ZOB, ayudó a armar y movilizar a los combatientes dentro del gueto de Varsovia, a robar a los judíos ricos alineados con Alemania y a matar a los nazis en emboscadas. Luchó en varios combates contra los nazis que venían a deportar a los habitantes del gueto de Varsovia en 1943, sobreviviendo y movilizando a otros combatientes para construir una red subterránea de búnkeres y rutas de escape en preparación para la próxima revuelta.

Debido a la resistencia armada, el plan original de los nazis de liquidar el gueto en pocos días se convirtió en casi un mes. Zivia murió a los 63 años en Israel.

Niuta Teitelbaum

Niuta Teitelbaum en Lodz, Polonia, en 1936.  Cortesía de Ghetto Fighters ‘House Museum


Era una joven judía de rasgos aniñados y cara angelical. Tenía 25 años pero parecía una adolescente escolarizada. Era menuda, rubia, lucía piel de papel y semblante inocente. Había estudiado historia en la Universidad de Varsovia. Representaba, para su desgracia y su fortuna, la pureza de los parámetros arios. Unas trenzas tirantes y un atuendo acorde disimulaban su identidad y sus propósitos. Vestía como una campesina polaca, salvoconducto que le permitía infiltrarse en las arterias de su Varsovia, su ciudad, invadidas por nazis.

La sede de la Gestapo en Varsovia amaneció tranquila aquella mañana de 1942. La única novedad para los guardias fue la llegada de una jovencita bien parecida y de aspecto inocente. Veinteañera como mucho, se acercó a la entrada y pidió con voz trémula ver a un alto oficial nazi. "Es un asunto personal", musitó con miedo. El soldado sonrió –debió pensar que su jefe había dejado embarazada a otra chica más– y accedió a sus deseos. Minutos después, tras atravesar el pasillo, Niuta Teitelbaum abrió la puerta de la oficina.  Él estaba sentado frente a su escritorio. No tuvo tiempo de sorprenderse. Menos de asustarse. Niuta sacó su pistola con silenciador y le disparó a la cabeza. Guardó el arma y cerró la puerta. Caminó como si nada, por el corredor despidiéndose tímidamente de los guardias que ni se inmutaron y se marchó. 

Los alemanes la conocían como "la pequeña Wanda con las trencitas". Se ganó un puesto de honor en la lista de los más buscados por la Gestapo. La ejecutaron cuando contaba solo 25 años.

"No podíamos llorar de verdad, sentir dolor de verdad o conectarnos con nuestros sentimientos de verdad" Chasia Bielicka.

Renia Kukielka
Renia Kukielka en Budapest, 1944. (Cortesía de Merav Waldman)

Ni era idealista ni revolucionaria, "sólo una joven espabilada de clase media que se vio inmersa en una repentina e interminable pesadilla", una destacada y valiente heroína de la Segunda Guerra Mundial. Era tan sólo una adolescente de 14 años, cuando en 1939, las tropas nazis invadieron su ciudad Jedrzejow, al sur de Polonia. Ella y su familia fueron encerrados en uno de los 7 guetos distribuidos en el país. Cuatro años después, a sus 18 años, escapó porque presumía que iba a morir. Apeló a su apariencia de polaca cristiana y a su lenguaje fluido para abandonar su suerte. "Saltó de un tren en marcha cuando la reconocieron, negoció con la policía y se hizo pasar por católica. Consiguió un trabajo como empleada doméstica". Tiempo después Renia fue seleccionada para ser mensajera, una operadora clandestina, dado su aspecto ario y católico. A ella la empujaba un profundo deseo de justicia.

Se hizo conocida como la "mensajera" de Freedom, un movimiento juvenil que resistió a los nazis en Polonia. A los 18 años, ya era una espía que entregaba documentos, alimentos y medicinas a judíos en los guetos. Se ocupó también, del contrabando de granadas y pistolas, escondiéndo balas en frascos de mermelada. Con su piel clara y su habilidad para hablar polaco, pudo pasar por cristiana. Incluso después de que la arrojaron a una prisión y la golpearon hasta casi matarla, mantuvo su relato. Finalmente, ella y su hermano Aaron sobrevivieron y emigraron a Israel.

"Aunque sabían que no iban a tumbar a los nazis y solían bromear con que su arsenal entraba en la cesta de una bicicleta, muchas de ellas lucharon por la dignidad y por el futuro, para que cuando los judíos miraran atrás dijeran: 'algunas lucharon por nosotros, por nuestra identidad'", reconoce Judy Batalion, la autora de "Hijas de la resistencia", la historia desconocida de las mujeres que lucharon contra los nazis 

Frumka Plotnicka 


Una líder clandestina en Polonia. Perteneció al movimiento juvenil sionista Dror, y se convirtió en miembro de su dirección en 1938. En 1940, la dirección de Dror decidió que algunos de sus miembros debían regresar a la Polonia ocupada por los alemanes y Plotnicka estaba entre ellos. Desde Varsovia visitó muchas comunidades judías, tratando de fortalecer las células juveniles sionistas locales. En septiembre de 1942, Plotnicka fue enviado a Bedzin por la Organización de Lucha Judía; ZOB con la tarea de reforzar la clandestinidad allí y ayudarla a prepararse para la resistencia armada.

Desde Bedzin, ella y otros ayudaron a escapar a jóvenes judíos a Hungría, mientras rechazaba las ofertas para su propia fuga. El 1 de agosto de 1943 los Nazis lanzaron el exterminio completo de la comunidad judía de Bedzin. Desde búnkeres, jóvenes ofrecieron resistencia armada. Plotnicka murió acribillada, junto con el último grupo de combatientes en la batalla del 3 de agosto.


Tosia Altman





Una de las fundadoras del movimiento juvenil Hashomer Hatzair en Varsovia. Fue mensajera principal y llegó a todos los rincones de la Polonia ocupada. En el levantamiento del gueto de Varsovia quedó "atrapada" dentro el gueto y transmitió por teléfono al lado ario lo que estaba ocurriendo. Cuando el gueto cayó, estuvo entre los pocos que lograron escapar a través de las alcantarillas. El 25 de mayo de 1943 sufrió quemaduras en el incendio del escondite de la Resistencia polaca, fue capturada por los alemanes y murió a causa de las torturas.






Abba Kovner y Vitka Kempner


Vitka Kempner (extremo derecho) con sus compañeros partisanos, incluidos Abba Kovner (segundo desde la derecha) y Rozka Korczak-Marla (tercero desde la derecha), después de la liberación de Vilna en julio de 1944

Fueron líderes de la sección del movimiento juvenil sionista Ha-Shomer ha-Za’ir de la ciudad de Vilna (Vilnius). En el otoño de 1941, después de que Alemania invadiera la Unión Soviética, los nazis establecieron dos guetos en Vilna. Poco después, tuvo lugar el asesinato en masa de judíos en Ponary. Los rumores de la masacre llegaron al gueto, y Kempner y Kovner comenzaron a convertir al grupo de jóvenes en un comando partisano. Kempner llevó a cabo el primer acto de resistencia armada del grupo, sacando de contrabando una bomba del gueto para hacer estallar una línea ferroviaria. 

A medida que avanzaba 1941, Kovner estaba cada vez más convencida de que los fusilamientos acaecidos en Ponary eran parte de un plan de los alemanes para exterminar a los judíos de Europa. El 31 de diciembre de 1941, Kovner, Kempner y la mensajero Tosia Altman leyeron la ahora famosa proclama que instaba a los judíos del gueto de Vilna a no dejarse llevar como ovejas al matadero. Se trató de una de las primeras valoraciones que se hizo del plan nazi para cometer el genocidio y ayudó a unificar la resistencia de Vilna bajo la Organización Partisana Unida. 

Kovner y Kempner no pudieron convencer a muchos de los habitantes del gueto de Vilna a marcharse antes de la liquidación final del gueto en septiembre de 1943. Durante los siguientes nueve meses, el grupo que dirigian, conocido como los "vengadores", emprendió una exitosa campaña contra los alemanes. Se estima que asesinaron a 212 alemanes y rescataron a 71 judíos. 

Después de comandar tropas en la guerra árabe-israelí de 1948, Kovner se convirtió en una célebre escritora y poeta. En 1961, testificó en el juicio de Adolf Eichmann, donde leyó la proclamación de Vilna con intención de dejar constancia de ella. Abba Kovner falleció en 1987. Vitka Kempner lo hizo en 2012.

Henia Reinhartz

Una jovencita del gueto de Lodz. Junto con otras mujeres, rescató cientos de libros de la biblioteca yidis de la ciudad y los introdujo en el gueto. "Era una biblioteca subterránea", escribió más tarde Henia Reinhartz. "Leer significó escapar a otro mundo, vivir la vida de las heroínas y héroes, compartir sus alegrías y tristezas de una vida normal en un mundo normal", dijo.


Bela Hazan

Una intrépida joven de 19 años del sureste de Polonia que aceptó un trabajo en una oficina de la Gestapo. Esta fue la tapadera perfecta para que ella actuara como mensajera de un grupo rebelde del movimiento juvenil Dror, contrabandeando boletines de noticias, dinero y armas a través de la Polonia ocupada por los nazis. (Dror y otros movimientos juveniles como Hashomer Hatzair se convirtieron de facto en una red de resistencia judía en la guerra).



Faye Schulman

Los nazis le dieron el trabajo de fotógrafa, que incluso llegó a tener que fotografiar como los nazis ejecutaban a los judios del gueto de Lehnin, en el que también fueran asesinados su familia completa y amigos. Luego Schulman pudo escapar, uniéndose a los partisanos como luchadora y enfermera. Sus fotografías lograron documentar las atrocidades alemanas y las actividades de la resistencia.

Faigel "Faye" Lazebnik Schulman con sólo 19 años, se escapó al bosque y convenció a un comandante partisano, para que la dejara unirse a la resistencia, donde un veterinario la entrenó como enfermera. Schulman ayudó a realizar cirugías en camillas hechas de ramas. Una vez adormeció a una compañera de combate con vodka antes de cortarle el hueso del dedo. Nunca pudo separarse de su pistola, con la que dormíaregularmente y era la que usaba en misiones de combate de guerrilla.

Después de la liberación, recibió una medalla del gobierno soviético. Las fuerzas soviéticas liberaron Varsovia en enero de 1945.

Faye Schulman durante una operación. Museo Conmemorativo del Holocausto de EE. UU. / Museo Estatal de Bielorrusia de la Historia de la Gran Guerra Patria


Algunas mujeres como Haika Grosman en Bialystok, eran lideres o miembros de organizaciones de la resistencia en los ghettos. Otras mujeres participaron activamente en la resistencia armada de los campos. En Auschwitz, Ella Gartner, Regina Safir, Estera Wajsblum, y Roza Robota proveyeron la pólvora que los prisioneros del Sonderkommando usaron para volar una cámara de gas y matar a varios guardias SS en octubre de 1944. Otras mujeres participaron activamente en las operaciones de ayuda y rescate de los judíos en la Europa ocupada. Entre ellas, la paracaidista judía Hannah Szenes y la sionista Gisi Fleischmann, cuyo Grupo Trabajador (Pracovna Skupina) intentó parar las deportaciones de judíos de Eslovaquia.



En estos días en los que se cumple el 80º aniversario de la infame Conferencia de Wansee (20 enero 1942) en la que los jerarcas nazis acordaron la "solución final" para el pueblo judío, su exterminio, todas estas heroicas jóvenes judías merecen ocupar un lugar destacado en la historia del antifascismo.