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Leonardo da Vinci: sólo un hombre más


¿Debe ser toda la historia juzgada bajo la lupa actual? ¿Debemos dejar de considerar a las más grandes obras de arte de la historia de la humanidad -el Cánon- como tales?

En Yale, parecen creer que sí. La institución "rompió" una de sus clases más emblemáticas, dictada desde hace décadas, la "Introducción a la Historia del Arte:

Del Renacimiento al presente", para dividirla en varias materias más pequeñas. El objetivo es que no exista una materia introductoria a esa disciplina que dicte qué es lo central a la cultura y qué es lo marginal, que el arte europeo del Renacimiento sea igualmente reconocido que el arte de otras culturas y tradiciones.

En una dura nota, el New York Post califica la decisión comparable a cuando el Estado Islámico destruyó antigüedades en Siria e Irak.

El relativismo cultural defiende la validez y riqueza de todo sistema cultural y niega cualquier valoración absolutista moral o ética de los mismos. Se opone al etnocentrismo y al universalismo cultural, que afirma la existencia de valores, juicios morales y comportamientos con valos absoluto y de carácter universal.

Por estos días, está teniendo lugar un debate entre estos 2 principios que marcará el futuro de nuestra educación, nuestro conocimiento y nuestro patrimonio cultural y artístico. ¿Debe ser toda la historia juzgada bajo la lupa actual? ¿Debemos dejar de considerar a las más grandes obras de arte de la historia de la humanidad -el Cánon- como tales? En Yale, parecen creer que sí.

"La clase de introducción a la Historia del Arte de la Universidad de Yale es la envidia del mundo. Los estudiantes que califican para este costoso privilegio, algunos de los cuales manejan luego las principales instituciones de arte de la nación, saborean clases intensivas y presentadas de una manera rica, sobre las pinceladas brillantes de Leonardo da Vinci, Michelangelo, Rembrant y otros como ellos", explica Tiffany Jenkins del New York Post. Ya no: el jefe de departamento e instructor de esta clase, Tim Barringer, explicó recientemente a The Yale Daily News, que el curso era "problemático" porque colocaba al arte europeo en un pedestal, a expensas de otras tradiciones artísticas "igualmente merecedoras de ser estudiadas." Es así que la clase, llamada oficialmente "Introducción a la Historia del Arte: Del Renacimiento al presente", será pronto dada de baja.

La razón otorgada es que es imposible cubrir el campo entero, teniendo en cuenta los variados trasfondos culturales, en un solo curso. La clase, que lleva décadas vigente, ya es un estandarte, considerada parte de la quintaesencia de Yale. Pero sus detractores argumentan que pretenden desarmar el idealizado "cánon" Occidental en el mundo del arte (lo que llaman un producto de un grupo de artistas hombres, blancos, heterosexuales y europeos). Del otro lado de la grieta está la profesora de la Universidad de Arte de Filadelfia y egresada de Yale, la polémica feminisita disidente, Camille Paglia, quien se ha ganado una reputación por combatir a los activistas de izquierda que le han declarado la guerra a la historia del arte como era estudiada hasta ahora, y al llamado Cánon Occidental. "Como una estudiosa de la historia de las artes, puedo asegurarle a la gente que el Cánon, en gran parte, es el resultado de lo que los artistas han determinado - decimos que una obra es importante, es canónica, porque los artistas que siguieron fueron influenciados por ella", dijo Paglia en entrevista con Jordan Peterson, en 2017.

"La gente debe decidir qué es crucial que conozca una persona educada."

En reemplazo de la materia "Introducción a la Historia del Arte: Del Renacimiento al presente", se ofrecerán varias materias más pequeñas y diversificadas, tales como "Arte y política", "Cuestiones de género, clase y raza", y la relación entre el arte, el capitalismo y el cambio climático. Este año, cuando se dicte la última versión de la emblemática materia, se buscará cuestionar la idea del arte occidental en sí mismo, explicó el Yale Daily News. "Creo que cada objeto que yo discuto en (la materia), quizás con la excepción posible de un cuadro verdaderamente horrible de Renoir, es de un profundo valor cultural", dijo Barringer en entrevista con el periódico universitario.

"Quiero que todos los estudiantes de Yale (...) tengan acceso y se sientan cómodos analizando y disfrutando de las obras principales de la tradición occidental. Pero no confundo la historia de la pintura europea con la historia del arte en todos lados."

Dentro de 2 o 3 años, agregó Barringer, el departamento ofrecerá una nueva clase que sustituya a la materia, que se llamará "Introducción a la Historia del Arte", pero tendrá el estatus equivalente a otras 100 materias, y no será la introducción a una disciplina entera como hasta ahora, la que marca qué es lo central a la cultura y qué es marginal.

"El Renacimiento corrió los límites de lo que conocemos y de lo que podíamos lograr", apuntó Jenkind del NY Post. "También es cierto que Leonardo da Vinci es culpable de ser un Hombre Blanco Muerto", señala irónicamente, "como Michelangelo y todo el partenón de artistas renacentistas. El Renacimiento estuvo entrelazado con el surgimiento de la banca moderna, una época en la que mecenas ricos y hambrientos de poder utilizaron el arte para glorificarse ellos mismos. Surgió cuando los exploradores partieron hacia otros mundos, marcando el comienzo del colonialismo.

 No había #MeToo", escribió Jenkins. "Innumerables ensayos académicos han sido dedicados a mostrar el lado oscuro del arte Occidental. Aún así, los puritanos del arte están insatisfechos. Como los ataques del Estado Islámico contra las antigüedades de Siria e Irak, o la iconoclasia cristiana de la Reforma, los iconoclastas modernos de las universidades de la Ivy League destruirán todo lo que los ofende, por no conformar sus principios liberales.

(...) Pero borrar el pasado, sus glorias y sus verrugas, sólo dejará a la gente en la ignorancia. Necesitás saber sobre algo para poder criticarlo. Los estudiantes fracasarán en entender la evolución del arte, no apreciarán otras tradiciones artísticas y costumbres, por no tener con qué compararlo."