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El pequeño Shakespeare


El actor Roberto Gómez Bolaños, quien interpretaba al icónico "Chavo del 8" guarda historias que muy pocos conocen. Narcos, infidelidades y hasta una casa embrujada.


El 21 de febrero de 1929 nació "Chespirito" en Ciudad de México quien se convertiría en el astro del humor en la región durante décadas. Fue escritor, publicista, dibujante, compositor de música y letra de canciones populares, actor, director, productor  de series de televisión que lo mantuvieron en lo más alto por más de cuatro décadas. Todos conocen sus principales comedias, como El Chavo del 8, El Chapulín Colorado, Chaparrón Bonaparte, Chómpiras, Dr. Chapatín, Vicente Chambón, El Flaco y Chaplín, entre muchos otros.

La serie mexicana "El chavo del 8"  protagonizada y creada por Roberto Gómez Bolaños, quien cumpliría 91 años de edad,  narraba la historia de un chico huérfano que vivía en un barril. Es una de las producciones más recordadas y queridas de Latinoamérica.  A pesar que su primera edición fue hace más de 45 años, aún mantiene su éxito tanto en adultos como en niños, por su versión animada. En 1975, en su cuarto año de emisión, era vista por más de 350 millones de televidentes cada semana y hasta hoy, cadenas televisivas de todo el mundo, continúan repitiendo los episodios de la serie.

"Chespirito", el apodo cariñoso de Roberto Gómez Bolaños, llevaba en los genes el arte de la pintura —un talento heredado de su padre— y la lucha por la supervivencia, que desarrolló a través del boxeo. Sin embargo, ni una ni otra actividad le dieron de comer y, a pesar de destacar como boxeador siendo adolescente, su escasa estatura le invitó a abandonar el deporte. Lo que no perdió nunca fue su capacidad de adaptarse y reinventarse a sí mismo, ni el sentido del humor, hasta el punto que ingeniería y acabó convirtiéndose en un icono de la comedia mexicana exportada al mundo entero.

Fue el segundo de los tres hijos que tuvieron Francisco Gómez Linares, un destacado pintor e ilustrador, y Elsa Bolaños-Cacho, una secretaria bilingüe. De pequeño estaba obsesionado con el deporte, de manera especial con el fútbol y el boxeo, y tuvo cierto éxito en los combates cuando era adolescente, pero era demasiado pequeño para convertirse en profesional y, desanimado, acabó dejándolo.

Estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad Autónoma de México, pero nunca se graduó. Lo más que hizo con su carrera fue trabajar en una empresa constructora en una ocupación que él mismo calificó de tediosa, así que, cuando vio un anuncio en el periódico para trabajar en una empresa de publicidad no se lo pensó y fue allí donde encontró la horma de su zapato.

Tenía 22 años y empezó a escribir guiones para radio, programas de televisión y películas, e incluso se inició fugazmente como actor a finales de la década de los 50. Fue en esta prolífica etapa creativa como escritor cuando Roberto empezó a ser "Chespirito", un apodo que le llegó por admiración y con una curiosa explicación: el director cinematográfico Agustín Porfirio Delgado comenzó a llamarle "el pequeño Shakespeare" por su capacidad de escribir unida a su pequeña estatura. Y la pronunciación españolizada del apellido de William, Shakespeare, unida al diminutivo, "Shakespearito", -fonéticamente "Chekspirito"'- , dio lugar a "Chespirito".

En 1968 "Chespirito" firmó un contrato con la recién formada Televisión Independiente de México. Una de las cláusulas establecía un espacio de media hora los sábados por la tarde sobre el que tenía total autonomía para hacer lo que quisiera. El resultado fue que los breves e hilarantes guiones que escribió y produjo adquirieron tal popularidad que cambiaron su horario al lunes por la noche y le dieron una hora entera. Fue durante este espectáculo, simplemente llamado ‘Chespirito’, que sus dos personajes más queridos, El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado hicieron su debut.

Los dos personajes fueron tan populares entre niños y adultos que cada uno empezó a tener su serie semanal de media hora. El Chavo del Ocho trataba sobre un niño huérfano de 8 años que vivía en un barril de madera y se embarcaba en aventuras con su grupo de amigos. El Chavo era un niño tonto que decía la verdad y soñaba siempre con comida.

El Chapulín Colorado, o El Saltamontes carmesí, por su parte, fue emitido por primera vez en 1970 y representaba a un superhéroe arrogante pero tonto que engañaba a los malvados con fortuna y a la vez honestidad. Su arma preferida era una versión histriónica del martillo de Thor, llamada "chipote chillón" o "fuerte golpe", y además tomaba pastillas "chiquitolina" que redujeron su tamaño para justificar su estatura. El programa siempre comenzaba con las palabras "Más ágil que una tortuga, más fuerte que un ratón, más noble que una lechuga, su escudo de armas es un corazón, ¡es El Saltamontes Carmesí!".

Elenco del Chavo del 8

Estos dos espectáculos fueron tan populares que poco después de su primera emisión ya se transmitían a toda Hispanoamérica. En México, por ejemplo, se estima que el 60% de todas las televisiones del país sintonizaba estos programas cuando se emitieron. "Chespirito" se mantuvo en el horario nocturno de los lunes durante 25 años. De hecho, a pesar de que estas interpretaciones terminaron en la década de los 90, las repeticiones todavía se pueden ver de manera habitual por diversos países americanos.

Pero Roberto Gómez Bolaños también fue el creador de varios personajes más, como el Chómpiras, el Doctor Chapatín, Vicente Chambón y Chaparrón Bonaparte. Su obsesión por los nombres que comenzaban por "ch" también tenía una explicación que reveló en una entrevista: "Porque la 'ch' es usada en muchas palabras que significan groserías en México".

"Chespirito", además de todas sus cualidades como guionista e intérprete, también apareció en más de 20 películas y cientos de representaciones teatrales. Realizó giras con sus personajes por estadios de fútbol y siempre colgaba el cartel de "entradas agotadas", incluso en días consecutivos de actuación en el mismo lugar.

Asimismo, escribió varias telenovelas y libros, incluido uno de poesía, y comenzó a componer música como un pasatiempo y, sin embargo, fue reconocido también aquí por su talento, firmando los temas de muchas telenovelas mexicanas como Alguna vez tendremos alas y La dueña, entre otras.

En su vida privada, Roberto Gómez Bolaños se casó con Graciela Fernández en 1968 y juntos tuvieron seis hijos (Roberto, Graciela, Marcela, Paulina, Teresa y Cecilia). Se divorciaron en 1989 y en 2004, tras varios años de relación, se casó con la actriz Florinda Meza, que interpretaba a Doña Florida en El Chavo del Ocho.

Roberto Gómez Bolaños murió en su casa de Cancún el 28 de noviembre de 2014. Tenía 85 años y sufría de diabetes y problemas respiratorios. Después se supo que también se le había diagnosticado párkinson. Sin embargo, hasta sus últimos días de vida estuvo en contacto con sus seguidores a través de Internet a pesar de sus problemas de movilidad.

Las manchas del tigre

Sin embargo, "Chespirito" tiene un lado oscuro. Rumores lo han vinculado en múltiples ocasiones con manejos extraños, mientras que el tiempo, hizo que su círculo íntimo contaran algunas verdades. Sobre todo luego de su muerte, el 28 de noviembre de 2014.


Carlos Villagrán, el actor que interpretaba a Quico en  "El chavo del 8", reveló un polémico lazo de Gómez Bolaños con un grupo de narcotraficantes muy poderosos en Colombia. Según el artista que se luce en el circo, el protagonista de El Chavo "aceptaba actuar en algunas fiestas organizadas por los narcos". A eso agregó: "Yo no fui y tengo ese orgullo, el de haber dicho que no iba. Pero Roberto sí fue".

El actor indicó que Roberto Gómez Bolaños, María Antonieta De las Nieves ("La Chilindrina") y Rubén Aguirre ("el Profesor Jirafales") habían actuado en fiestas de narcotraficantes con pleno conocimiento de quien los había contratado. "Por supuesto que sabían, eso no hay vuelta de hoja. No nos chupamos el dedo. Sabían perfectamente a lo que iban (...) pero si todos estamos en contra del narcotráfico, ¿por qué apoyarlos de esa forma?", indicó Villagrán.

Asimismo "Quico" confesó que a él llegaron a ofrecerle hasta un millón de dólares con tal de actuar en esas fiestas, sin embargo nunca aceptó la oferta, aunque sí vivió con miedo por varios años.

"No puedo asegurar con exactitud con quién o para quién he trabajado, no les pido su identificación al momento de firmar algún contrato (...), no me dedico a investigar para quién actúo", apuntó Gómez Bolaños en un comunicado difundido en México, al enterarse de las declaraciones que el actor mexicano Carlos Villagrán "Quico" hiciera durante una conferencia de prensa.

Gómez Bolaños ya se había desmarcado anteriormente de haber actuado para el narcotráfico, cuando fue acusado por Fernando Rodríguez -hijo del ex jefe del cártel de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela- en su libro "El hijo del ajedrecista". Rodríguez sostuvo que su padre contrataba para fiestas infantiles al elenco de "El chavo del ocho", una serie muy popular en Latinoamérica. Gómez Bolaños puntualizó entonces que nunca estuvo "ligado al narcotráfico en ninguna de sus formas", que no tenía amistad con ningún "narco" ni había participado "en negocios provenientes de tal industria criminal, ni directa ni indirectamente".

Celos de mi guitarra

Villagrán aseguró que los primeros problemas con el resto del elenco tenían que ver con "celos" por la trascendencia que había logrado su personaje de "Quico".

"El programa tenía un popularidad total y absoluta. Hacíamos giras e íbamos a muchos países con sus conferencias de prensa, todo lleno de micrófonos y grabadores. Pero el 70% de las preguntas eran para "Quico" porque estaba de moda. Entonces se empezó a despertar un poquito de ira, de egoísmo, de celo profesional y artístico. Poco a poco fue trepando más "Quico" en popularidad, que el Chavo y me sacaron del programa", relató.

Tras esto Villagrán expresó que "a las dos semanas (del despido), por solidaridad, Don Ramón también se salió del programa. Así que Doña Florinda se quedó sin hijo para pegarle, La Bruja del 71 se quedó sin Don Ramón y La Chilindrina se quedó huérfana".

Otro de los temas que gatilló su salida fue una intención del fallecido libretista tras la gira del programa por Chile en 1977. "Cuando regresamos en avión a México de una gira que habíamos hecho por Chile me dijo: 'Mira, hay un déficit en los registros de los personajes'. Le dije: 'Son tuyos los registros'. Pero me respondió: 'Hay un déficit y debo quitarte algo de tu sueldo'. Le pregunté: '¿Cómo me vas a quitar si son tus personajes? Yo soy un intérprete nada más'. Él estaba buscando un pretexto para sacarme, nada más. Entonces le dije que me salía del programa", señaló.

El actor afirmó que con esto Chespirito quería "sepultarme artísticamente, ponerme el pie encima. Así que le dije que no. Cuando salí a la calle me di cuenta: me había quedado sin trabajo".

En varios informes televisivos se habló sobre supuestas peleas del productor y guionista con varios de sus colegas de elenco. Lo que le molestaba a Chespirito era que sus compañeros utilizaran en ámbitos ajenos a la tira el reconocimiento de los personajes que él mismo había creado.

 Este tipo de roces persistió con Rubén Aguirre (el Profesor Jirafales) y Edgar Vivar (el Señor Barriga y Ñoño). Esa problemática se extendía con Villagrán, aunque había más asperezas. La principal tenía que ver con los rumores de infidelidad entre actores de la serie. 



Es que durante mucho tiempo se especuló con que quien interpretaba a Quico tuvo un romance con Florinda Meza (Doña Florinda), esposa de Gómez Bolaños. Pero si de infidelidades se trata, quien creara a los personajes no tenía demasiado para objetar. Según María Antonieta de las Nieves (la Chilindrina), Roberto inició su relación con Florinda en la clandestinidad: "No conozco a una esposa que se haya entregado tanto a un hombre como Florinda Meza con Roberto. Le hacía su comidita, lo atendía muy bien. Todo hubiera estado bien, de no ser porque existía una esposa y seis hijos". Enseguida, el comediante se separó y formalizó con su compañera de elenco.

Sus películas, telenovelas, obras de teatro y libros tuvieron gran éxito, pero es por sus cientos de programas de televisión por los que "Chespirito" saltó a la fama y es recordado, más allá incluso del mundo hispanohablante, ya que sus programas han sido traducidos a más de 50 idiomas. Fue un pionero de la televisión de entretenimiento en México y en América, y uno de los escritores y actores más creativos y prolíficos que han existido.

Rubén Aguirre revela por qué terminó "El Chavo del 8":



La Casa embrujada

La mansión en la que Roberto Gómez Bolaños vivió por años junto a su esposa Florinda Meza en la Ciudad de México no pudo ser vendida y los vecinos aseguran que la casa está embrujada.

En la esquina de Sacramento y el Eje 6 Sur (Ángel Urraza) de Colonia Insurgentes, donde se encuentra la vivienda, el misterio ronda el vecindario y la casa que estuvo en venta por más de cinco años sigue ahí, estoica, cargando todo el recuerdo del intérprete de El chavo del 8.

Por las noches dicen, se escuchan ruidos extraños, voces y el sonido de puertas rechinantes que se abren y se cierran. Incluso, algunos dicen que en la oscuridad pueden ver sombras que, como fantasmas, se asemejan al famoso actor.

Días después de la muerte de "Chespirito", Meza anunció en una rueda de prensa en Cancún que estaba vendiendo la propiedad "para comprar una más pequeña". "Es que esa casa es muy grande. Con seis hijos y doce nietos, cuando había semana santa, Navidades, año nuevo, o cosas por el estilo, se reunían y yo necesitaba yo mucha casa. Ahora no", explicó ante los periodistas.

Para muchos, la "presencia" aferrada del actor y escritor a una residencia en la que pasó sus mejores años frenó una operación que nunca pudo concretarse. Incluso, a pesar de que el valor original de 34 millones de pesos mexicanos (alrededor de USD 1.830.000) bajó a 27 millones de pesos mexicanos (USD 1.450.000 aproximadamente).